Pasaste por mi vida sin prisas,
pausada,
con determinación.
Como si el tiempo no avanzara,
se detuviera delante de nosotros en ese momento justo,
en el que nuestras vidas confluyeron de una forma casual.
Entonces fue el momento en que me enseñaste que la vida pasa.
El tiempo no se para.
Y aún así hay que vivir,
lentamente,
sin prisa pero sin pausa y sobre todo.
Sin desesperación.
Poema de Antonio Caro Escobar.
antoncaes.wordpress.com